martes, 22 de mayo de 2018


Comparación David de Miguel Ángel y de Bernini

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Miguel Ángel se esmeró en resaltar los detalles que exageran la fuerza del David: el dramatismo en sus ojos, la tensión de su cuerpo y la esencia monumental de su obra, que mide 5,17 metros de altura. El David de Miguel Ángel se encuentra congelado en el momento antes de levantar la piedra, cuando apenas se enfrenta al gigante Goliat planeando su estrategia con una seguridad muy notoria en su pose y en su mirada. Es el elegido de Dios para ser rey, es respaldado por Él, y está preparado para enfrentar al tirano

A continuación de la pose que mantiene el David de Miguel Ángel se posiciona el David de Bernini en una posición de destreza, estrategia y agilidad con todo el sentido de movimiento como lo sabía hacer muy bien Bernini. La obra de Miguel Ángel poco tiene que ver con la escultura de Bernini. Este artista representa al David en el momento exacto en que lanza la piedra con su onda. También se muestra fuerte, pero al mismo tiempo se muestra concentrado, a diferencia del anterior; de quien brota sólo un dramatismo exagerado de su mirada.


Bernini realiza una composición abierta y dinámica siguiendo los parámetros barrocos, mientras Miguel Ángel elige una composición y postura más sosegada de corte clasicista. El héroe renacentista es un hombre tranquilo y confiado; en su rostro se aprecia la victoria. Sin embargo, en esta obra barroca, David es un hombre concentrado: sabe que puede fallar y pone todo su empeño para no hacerlo.


Cada uno de los autores representa a su David en diferentes momentos de la historia: durante y después.


El David que actúa conforme el relato es evidentemente el David de Bernini: un joven pastor con mucha seguridad que se declara voluntario a sí mismo para ir a derrotar al gigante filisteo que atemoriza a todos. Probablemente los autores de las otras dos obras se decidieron por representar el intelecto del David y evidenciar su fuerza masculina ya que no se podían arriesgar a hacer una escultura que no tuviera los rasgos de belleza humana característicos del renacimiento basados en la proporción. Aunque curiosamente el David de Miguel Ángel es criticado por la desproporción de sus manos y su cabeza en relación con torso y piernas.

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